Tengo mucho amor que dar,
pero
no
sé
dónde
colocarlo.
martes, 31 de marzo de 2009
sábado, 28 de marzo de 2009
jueves, 26 de marzo de 2009
jueves, 19 de marzo de 2009
TE ODIO: por haberte conocido, por ilusionarme, por hacerme feliz.
ME ODIO: por dejarme engañar, por ser tan ciega, por perdonarte, por creerte cada palabra, por haberme enamorado de vos.
TE ODIO: por cada palabra, por todos tus te quiero.
ME ODIO: por seguir hablándote, por seguir escuchándote.
TE ODIO: por cada sonrisa, por cada mirada, por el primer y último beso.
ME ODIO: por no tener fuerzas para decirte que salgas de mi vida.
TE ODIO: por seguir hablándome.
ME ODIO: por no querer olvidarte, por soñar contigo cada noche.
ME ODIO: por dejarme engañar, por ser tan ciega, por perdonarte, por creerte cada palabra, por haberme enamorado de vos.
TE ODIO: por cada palabra, por todos tus te quiero.
ME ODIO: por seguir hablándote, por seguir escuchándote.
TE ODIO: por cada sonrisa, por cada mirada, por el primer y último beso.
ME ODIO: por no tener fuerzas para decirte que salgas de mi vida.
TE ODIO: por seguir hablándome.
ME ODIO: por no querer olvidarte, por soñar contigo cada noche.
No advierto las cosas más de una vez.
Ya hablé.
No lo voy a repetir.
Mi silencio comunica.
El tuyo también.
Las paredes se me acercan.
Y me vuelvo una fiera enjaulada.
No te engañes.
Esta actitud pasiva que ves en mí es sólo el preludio de un ataque feroz, quizás mortal.
Inconsciente!
Espero.
Como una fiera al acecho.
Te sigo con la mirada.
En silencio.
Y espero.
Vos seguís sin verme, bailando, siempre bailando.
Disfrutando de tu triunfo.
Felicitándote.
Pensando en que ganaste la guerra.
¿No ves que esto es sólo una batalla?
¿Que, cuando es mi vida lo que está en juego, no voy a medir las consecuencias?
¡No importan ya las consecuencias!
No tomo prisioneros.
No habrá heridos.
O tal vez, sí.
Heridos de muerte.
Víctima y victimario.
Pero, ¿quién es quién?
¿Quién jugará uno u otro rol?
Me obligas. Las reglas las impusiste vos.
Y yo acepté jugar.
¿Acepté jugar?
¿O será que caí, inadvertidamente, en un tablero en donde las reglas ya estaban impuestas y no quedaba alternativa más que jugar?
Arrugas mi voluntad, la haces un bollito y la tiras al cesto de la basura.
Me agotas, más aún que mis 10 horas de trabajo.
Me corroes el alma.
Oxidas mi ánimo.
Comprimís y exprimís mi corazón.
Ya no queda mucho más por extraer.
Transformaste mi amor en furia.
En el más absoluto de los desprecios.
En asco.
La ley de la selva.
La supervivencia del más apto.
Tomé la decisión que nunca esperaste que tomara.
Asumí la actitud que nunca pensaste que asumiría.
Me elijo a mí…
Ya hablé.
No lo voy a repetir.
Mi silencio comunica.
El tuyo también.
Las paredes se me acercan.
Y me vuelvo una fiera enjaulada.
No te engañes.
Esta actitud pasiva que ves en mí es sólo el preludio de un ataque feroz, quizás mortal.
Inconsciente!
Espero.
Como una fiera al acecho.
Te sigo con la mirada.
En silencio.
Y espero.
Vos seguís sin verme, bailando, siempre bailando.
Disfrutando de tu triunfo.
Felicitándote.
Pensando en que ganaste la guerra.
¿No ves que esto es sólo una batalla?
¿Que, cuando es mi vida lo que está en juego, no voy a medir las consecuencias?
¡No importan ya las consecuencias!
No tomo prisioneros.
No habrá heridos.
O tal vez, sí.
Heridos de muerte.
Víctima y victimario.
Pero, ¿quién es quién?
¿Quién jugará uno u otro rol?
Me obligas. Las reglas las impusiste vos.
Y yo acepté jugar.
¿Acepté jugar?
¿O será que caí, inadvertidamente, en un tablero en donde las reglas ya estaban impuestas y no quedaba alternativa más que jugar?
Arrugas mi voluntad, la haces un bollito y la tiras al cesto de la basura.
Me agotas, más aún que mis 10 horas de trabajo.
Me corroes el alma.
Oxidas mi ánimo.
Comprimís y exprimís mi corazón.
Ya no queda mucho más por extraer.
Transformaste mi amor en furia.
En el más absoluto de los desprecios.
En asco.
La ley de la selva.
La supervivencia del más apto.
Tomé la decisión que nunca esperaste que tomara.
Asumí la actitud que nunca pensaste que asumiría.
Me elijo a mí…
Donde estés, creo que es justo que te enteres que estoy bien que sobrevivo...que aún te amo, no sé si por idiota o por romántica, no sé si por novata o por nostálgica. Aún te am,o no sé si por ilusa o fatalista, no sé si por cobarde o masoquista, pero te amo y no sé hacer otra cosa más que eso. Aquí todo sigue igual que antes, estoy sola como nunca.
miércoles, 18 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)

